Locutora cubana Laritza Camacho vuelve contra el gobierno: «lo estamos haciendo mal y nadie más tiene la culpa»

La locutora cubana Laritza Camacho volvió a emprenderla este sábado contra el gobierno cubano, a propósito de la poca disposición de solucionar el desastre en el fondo habitacional de La Habana, que sufrió hasta este momento 290 derrumbes durante las intensas lluvias en el occidente del país en las últimas horas.

«Cuando le echas agua, mucha agua al jugo; obtienes un producto aguado y malo; pero no te mata… Cuando no arreglas, cuando no destupes las alcantarillas, cuando reparas mal, cuando no quitas a tiempo esa construcción que tiene peligro de derrumbe… le echas agua y ¡pum!, se cae y mata», escribió la comunicadora en su muro de Facebook.

Aun cuando comprende que existen situaciones extremas, pues no todos los días caen 100 milímetros de lluvia sobre una ciudad, Camacho sí considera que «todos los días se pierden horas preciosas en reuniones absurdas, todos los días se hacen las cosas a Pepe, se trabaja mal, no existen las condiciones para hacer el trabajo».

«El oficinista no tiene papel, el locutor no tiene buenas luces para leer, el liniero no tiene botas, el que limpia no tiene detergente ni escoba ni frazada, el chófer no tiene más que baches y multas e inspectores ahogándolo en el estrés… faltan los guantes a la enfermera, el casco a los que peligran, la merienda a los que trabajan, el documento a tiempo al que hace una gestión (incluso pagando por encima)», manifestó hastiada de tanta desidia.

La locutora se resiste a comparar la situación del país con otras naciones «ni con gobierno alguno», pues para la situación por la que atraviesa la nación no le sirve saber «cómo era Chile con Pinochet o con Allende ni siquiera saber cómo era Cuba con Batista», porque «cada momento tiene su sombra o su luz y de eso son responsables los pueblos».

«Hablo de lo que sé y he visto. ¿Alguien me escucha? ¿De dónde viene la respuesta? Respuesta real, rotunda, con la verdad… esa de, lo estamos haciendo mal y nadie más tiene la culpa», añadió.

Si al menos escuchara esa respuesta «y no miles de discursos llenos de optimismo vacío de sustento… podría callar».

«También podría emigrar; pero no me da la gana… que se vayan ellos», concluyó.

Apenas un año atrás, a pocos días de las históricas manifestaciones antigubernamentales del 11 de julio, Camacho se dirigió en carta pública al presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez exigiéndole que dimitiera.

Denunció en aquel momento la orden dada por el gobernante de reprimir a los manifestantes y la consiguiente ola de violencia y represión desatada por el régimen cubano.

«Si todavía quiere seguir en el poder, revise, trabaje a favor de su pueblo, busque la unidad y mire a los cubanos directo a los ojos, ¿puede hacerlo?», dijo entonces.