Las Tunas vs Pinar del Río: No hay más espacio para expectativas. Hoy comienza la tan esperada final de la 63 Serie Nacional de Béisbol entre Pinar del Río y el campeón defensor Las Tunas, un enfrentamiento inédito y difícil de predecir.
Este interesante duelo, que ha generado un gran interés en toda la Isla, se iniciará en el estadio Capitán San Luis, hogar de los Vegueros pinareños, que cerraron la fase regular como líderes indiscutibles al ganar las 15 subseries particulares.
Contra los Leñadores tuneros, el equipo de Vueltabajo, dirigido por Alexander Urquiola, salió victorioso con comodidad (4-1). Pero a partir de este domingo, como dice el viejo adagio, todo será «borrón y cuenta nueva». Habrá que jugar (casi) a la perfección, ya que cualquier error podría costar un partido en contra.
En busca de una primera victoria, los lanzadores designados para abrir el juego serán el zurdo tunero Eliander Bravo y el diestro pinareño Mario Valle.
Bravo lanzó seis entradas contra sus rivales de este domingo en la etapa eliminatoria, permitiendo solo una carrera limpia, aunque no obtuvo decisión al ser sustituido con el partido igualado.
Por su parte, Valle tuvo una actuación breve contra los Leñadores en la fase regular: apenas lanzó cuatro episodios con un saldo de tres carreras limpias.
Si nos basamos en las estadísticas, este podría ser un duelo de mucho bateo. Los respectivos cuerpos de pitcheo deberán ser precisos contra las poderosas alineaciones rivales.
Pinar del Río confiará en la fuerza de sus sluggers Alexei Ramírez, William Saavedra y Yaser Julio González -aunque solo conectaron un jonrón en las semifinales contra Industriales-, mientras que Las Tunas se apoyará en sus jonroneros Roberto Baldoquín, Rafael Viñales y los hermanos Yosvani y Yordanis Alarcón.
Las estadísticas muestran que a Pinar del Río le ha ido muy mal en los primeros juegos de finales, con un balance negativo (1-9): como anfitrión (1-2) y como visitante (0-7).
Sin embargo, Las Tunas, que busca su segunda corona consecutiva, ha dominado a sus rivales en los juegos iniciales de las finales.
Marchan invictos (3-0, siempre como locales). Pero hay más: tampoco conocen la derrota en los segundos partidos.
