El gobierno de Joe Biden advirtió en las últimas horas a La Habana de incrementar las sanciones a la isla si impiden o reprimen la marcha cívica por el cambio pactada para el próximo 15 de noviembre, algo que no ha caído nada bien a Miguel Díaz-Canel y su canciller, Bruno Rodríguez Parrilla.
El mandatario cubano rechazó que un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca advirtiera tales medidas, si la Fiscalía cumple su amenaza de juzgar a las personas que se manifiesten el mes próximo.
«El imperio quiere impunidad para sus operadores en Cuba y amenaza con más medidas. Que soberbia, prepotencia y frustración la del imperio. Recibirá la respuesta digna de nuestro pueblo», tuiteó Díaz-Canel.
Además, dejó claro que «el pueblo» dará «su respuesta», mientras le adjudica a Estados Unidos «soberbia, prepotencia y frutración».
En otro momento, Díaz-Canel lanzó contra la administración norteamericana el argumento de «financiar y organizar un esquema desestabilizador, con el cual compra con dinero a «cuanto grupúsculo o institución» aporte ideas contra la revolución.
Mientras, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla aseguró que el funcionario norteamericano había realizado un «abierto acto de injerencia» y había vuelto a «cometer el error de amenazar a Cuba».
Para el jefe de la diplomacia de la isla caribeña, «la historia ha demostrado que los cubanos no aceptamos ni nos dejamos impresionar por amenazas».
El viernes, Juan González, asesor del presidente Biden para los asuntos de América Latina, dijo que Estados Unidos tiene «toda la intención de responder» a los individuos «involucrados en violar los derechos fundamentales y universales del pueblo cubano».
