«La revolución se está revolucionando siempre en el escenario en que nadie se tiene que revolucionar», es el trabalenguas que lanzó Miguel Díaz-Canel la tarde de este domingo a un grupo de jóvenes.
Aunque la idea es ininteligible, Díaz-Canel la coló en medio de un discurso que «celebra» el aniversario «de una victoria del pueblo y su juventud ante un fallido intento de golpe vandálico contra la Revolución».
Se trata de las históricas protestas antigubernamentales protagonizadas por más de 200 mil cubanos en las calles en varios territorios del país el pasado 11 de julio de 2021.
«Ahora han querido darle un gran vuelo a los sucesos del 11 de julio, y hay una gran cantidad de contradicciones en su manera de enfocar los sucesos», asegura el gobernante en medio de un trabajo voluntario del que aparecen decenas de fotografías en las redes sociales del oficialismo.
«Ellos [el exilio] construyeron la imagen de que el 11 de julio había sido un suceso de protestas pacíficas, y ahora tratan de conmemorar ese día como el gran acontecimiento que desestabilizó a Cuba desde posiciones drásticas y llamados», agregó.
La retórica del castrismo persiste en llamar a las multitudinarias manifestaciones del 11J o «sucesos desagradables».
«Se dieron hechos vandálicos con ensañamiento, vulgaridad y una agresividad tremenda», indica Díaz-Canel, «pero el pueblo salió a las calles a defender la Revolución, los jóvenes salieron a las calles a defender la Revolución, y en mucho menos de 24 horas ya no había disturbios y se habían apagado los hechos vandálicos y denigrantes contra instalaciones, bienes patrimoniales y personas», manifestó.
Los sucesos del 11 de julio de 2021 tomaron por sorpresa al régimen, que ahora parece tener todos los ojos sobre este lunes, convocando a las organizaciones afines al gobierno a que ocupen calles, parques y plazas con actividades organizadas para evitar que se repita el estadillo social.
Han orientado «ejercicios de defensa territorial de zonas de defensa», una medida similar a la tomada el pasado 15 de noviembre para contrarrestar la marcha pacífica convocada por el activista Yunior García, exiliado en España.