El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, conminó a los políticos de Florida a que dejen de promover la intervención humanitaria en Cuba y que, en cambio, inviertan ese dinero en aliviar su propio sistema de salud en Estados Unidos.
«Mientras políticos de Florida promueven «intervención humanitaria» en Cuba, su estado acumula 2.6 millones de casos de COVID-19 y 39 mil muertes. Un mínimo de decencia moral los conduciría a utilizar fondos destinados a subversión para aliviar su sistema de salud», escribió el diplomático en Twitter.
El canciller destiló ironía al emplearla etiqueta #SOSFlorida, en evidente uso del lado opuesto a la etiqueta que se viralizó con la campaña SOSCuba.
Los mensajes de los internautas no demoraron, en momentos en que la isla atraviesa una grave crisis sanitaria, escasez de medicamentos y el colapso de algunas instituciones hospitalarias.
“Mientras políticos de la Habana promueven «represión ciudadana» en #Cuba, su estado acumula 422 614 casos de #COVID19 y 3 mil 91 muertes”, le respondió un usuario con la misma moneda.
“Un mínimo de decencia moral los conduciría a utilizar fondos destinados a represión para aliviar su sistema de salud”, concluyó el usuario.
Otro forista le exhorta a que no mientas más. “Ni en la Florida ni en Estados Unidos los muertos o enfermos de COVID son por falta de fondos ni porque les cobren a las personas. De hecho, en Florida vacunan gratis hasta a los extranjeros no residentes. Tampoco el problema de Cuba es el COVID, son USTEDES”.
A nivel global, la situación epidemiológica por el coronavirus que registra la edición digital del The New York Time ubicó a Cuba como el país de América Latina con más casos por cada 100 mil habitantes.
Con alrededor de 8,924 casos promedio por día la semana pasada, la cifra representa 79 casos promedio por cada 100 mil habitantes, con un crecimiento del 44 por ciento.
De este modo, Cuba se posiciona en el tercer puesto por países a nivel mundial en los registros de casos por 100 mil habitantes, donde solo lo antecede Fiyi, que no llega al millón de habitantes, y por Botsuana, con una población de poco más de dos millones de personas.
