Tras el anuncio este martes, del Departamento de Estado, bajo la administración del Presidente Joe Biden, de que mantendrá a Cuba y a Venezuela en su lista de países no cooperantes con el movimiento antiterrorista internacional, provocó la inmediata reacción del canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, quien a través de la red social Twitter mostró su indignación.
La certificación como país que no colabora plenamente con los esfuerzos antiterroristas internacionales daña seriamente la reputación de la isla caribeña y obstaculiza sus relaciones financieras, prohibiendo la comercialización y el otorgamiento de licencias de exportación de artículos y servicios de defensa, alega Rodríguez Parilla de lo que constituye el paso previo para formar parte de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo.
Muestra de ello, es que la isla pasó a integrar este listado norteamericano en 2019, y fue declarada como país patrocinador del terrorismo en 2021.
Cuba había egresado de la lista en 2015, cuando ambos países hacían esfuerzos por normalizar sus relaciones, período en el cual el ex director de la Agencia Central de Inteligencia, John O. Brennan, visitó la isla en esos años y se reunió con el coronel Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl Castro. El entonces Presidente norteamericano Barack Obama también llegó al país poco después con el mismo interés.
Con la llegada al poder de Donald Trump en las elecciones de 2016 se entorpecieron gravemente las relaciones diplomáticas entre ambos países, incluyendo además de la retirada de todos los trabajadores norteamericanos y estadounidenses de la Embajada en La Habana debido a los ataques sónicos que aún no han sido probados, por lo que el avance volvió al punto de partida.
El Gobierno de Trump acusó a Cuba, por respaldo militar y de inteligencia a la administración de Nicolás Maduro, lo que el propio dirigente venezolano ha confirmado en múltiples comparecencias, así como de acoger a la máxima dirección de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional de Colombia, que se encontraba en isla mientras desarrollaban encuentros de diálogo con el gobierno de Iván Duque.
Las negociaciones no prosperaron luego de un ataque terrorista contra una escuela de cadetes que reportó numerosas bajas, pero las autoridades cubanas refutaron la repatriación de los líderes de la guerrilla amparada en una serie de memorandos firmados por el Estado colombiano, por lo que la extradición sigue siendo un reclamo que Iván Duque todavía pide a su homólogo cubano.
A pesar de que el Gobierno cubano albergó esperanza en la toma de posesión de Joe Biden en la Casa Blanca y ha mostrado su interés en retomar el rumbo de normalización que había emprendido Obama, Washington ha dejado claro que los asuntos concernientes a la isla no forman parte de las prioridades en materia de política exterior en estos momentos.
Tampoco Biden ha revertido en su totalidad polémicas medidas tomadas por su antecesor, entre las que se encuentran la mencionada integración de Cuba como país promotor del terrorismo, la prohibición de vuelos a gran parte de los aeropuertos cubanos y limitaciones a las remesas y cruceros al país.
