«Vistos todos los videos y leídas todas las partes creo que ayer fue bochornoso y lamentable (…) sean cuales sean las excusas», dice Ulises Toirac en su cuenta en Facebook sobre los sucesos de este miércoles en el que el ministro de Cultura lpidio Alonso le arrebató un teléfono a un periodista independiente.
«Si yo fuera a arrebatar todos los teléfonos que me han apuntado sin mi consentimiento, tendría una tienda de móviles y los brazos enyesados perennemente», reflexiona Ulises, luego de que el argumento en defensa del ministro por funcionarios cubanos es que se le estaba grabando sin su permiso.
Para Toirac, no es la fuerza física la que da fuerza moral. «La más precaria inteligencia dicta que se está decidiendo por una actitud que genera una escalada. Y no creo que sea ni sabio ni revolucionario. Dialoguen coño».
El humorista no es el único que cosidera desatinada la actitud del ministro de Cultura. El realizador Eduardo del Llano cree que «el acto del Ministro es indefendible», y considera que «en otras latitudes constituiría un suicidio político».
Del Llano piensa que el diálogo sigue siendo necesario, cuando ha faltado durante «demasiado tiempo», y ve como el peor desarrollo posible «tomar los encontronazos como excusa para no intentarlo de nuevo».
Pero también son muchos los que son más críticos con el funcionario público y piden su dimisión. Es el caso del reguetonero Yomil Hidalgo, para quien resulta bochornosa y vergozosa la respuesta agresiva de Alpidio.
«Señor, ministro, yo creo que usted debe salir dando una dosculpa pública y, aparte, creo que debe domir, soltar su cargo», dijo Yomil.
El presidente Miguel Díaz-Canel ya ofreció su postura en Twitter. «No es honesto quien se escuda en el arte para provocar asediando instituciones y funcionarios públicos, mientras la nación lucha a brazo partido contra bloqueo, pandemia y muerte», escribió el mandatario, para quien los ministerios no son tarimas mediáticas. «Allí se trabaja duro», terminó.
En la sede del Ministerio de Cultura estaba previsto un encuentro de funcionarios con representantes del grupo de jóvenes que el pasado 27 de noviembre de 2020 pidieron frente al Ministerio un diálogo para exponer sus preocupaciones.
Los incidentes demoraron alrededor de dos horas, fueron transmitidos en vivo por medios independientes, hecho que Cuba califica de «orquestado y pagados por el gobierno estadounidense» para «reforzar la matriz provocadora de los contrarrevolucionarios».
En medio de esas circunstancias, los trabajadores del Ministerio de Cultura de Cuba reaccionaron con una congregación frente a los que consideran «provocadores», y los instaron a retirarse.
Los jóvenes se negaron a irse, decisión calificada de «intención evidente de materializar un show mediático» por una nota del Ministerio de Cultura.
